martes, 26 de octubre de 2010

Resignación

“Capacidad de aceptación de las adversidades. Conformidad. Acatamiento.”
Así es como debo sentirme, y así es como me siento. Resignada, sin opción a querer que todo sea diferente. Sin más remedio que acatar lo que me toca vivir.
¿Lo cambiaría? Lo cierto es que no. No podría…
Debo resignarme a no poder hacer nada por el momento.
Todo el mundo desea cumplir los 18 años para sentirse mayor. Todo el mundo espera esa mayoría de edad porque piensa que será diferente. ¿Diferente en qué? Mi vida no ha cambiado absolutamente en nada. Sí, ahora soy legalmente mayor de edad. ¿Y de qué me sirve? Sigo sin opción a cambiar lo que más deseo. Sigo teniendo que resignarme a vivir aquí, a vivir lejos de la persona a la que amo, a vivir echando de menos a la persona que más deseas que esté a tu lado. Y no importa tu edad, lo único que importa son las opciones que tengas. Opciones que, cuando las tengas, desearás volver a tus 16 años.
Ahora mismo lo único que deseo es terminar mis estudios, ponerme a trabajar, y poder encontrar un piso para compartirlo con esa persona tan especial. Y no sé si seré de esas personas que cuando tienen todo eso; cuando se meten en una hipoteca, en gastos y más gastos, en preocupaciones… desean volver atrás. Desean volver a tener 16 años para, simplemente, tener que estudiar. Vivir sin más preocupación que sacar un 5 en un examen. Lo cierto es que no lo sé; porque sé lo cómodo que es vivir estudiando, pero sé que jamás querría volver a pasar por esta desesperación de vivir lejos de la persona a la que amas.
Porque mucha gente no lo entiende. Porque se pasan la vida diciéndome cosas absurdas, cosas que para mí no tienen el menor sentido; aunque lo entiendo, lo entiendo porque ellos no saben lo que es vivir así. Y, sinceramente, no se lo deseo a nadie.
Porque duele, porque mata por dentro, porque lloras, porque sufres, porque te sientes sola incluso cuando estás rodeada de gente… y es muy duro.
Pero sé que puedo aguantar, porque sé lo feliz que seré cuando consiga estar junto a él. Porque sé lo orgullosa que me sentiré de nosotros cuando vivamos juntos. Porque me encantará que todo el mundo vea que lo conseguí, que conseguí burlar a todos aquellos que ahora dicen que no funcionará.
Hasta entonces, solo me queda resignarme a que, por el momento, he de vivir así. Sólo nos queda conformarnos con que, aunque sea poco tiempo, podemos vernos de vez en cuando…

lunes, 18 de octubre de 2010

Planes

“La vida es lo que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”. Tiene razón.
Los planes son sólo un dibujo en una servilleta de papel; y por mucho que te empeñes, al final tus planes le importan una mierda al resto del mundo. Y puedes ponerle cabeza, corazón o un taco de servilletas emborronadas con sueños… que la vida, tiene otros planes para ti.


Cuanto más escucho esta reflexión, más de acuerdo estoy con ella. Porque no importa cuántos planes hagas a lo largo de tu vida, ni importa si crees que saldrán bien, porque siempre hay alguien dispuesto a echarlos a perder. Y no importa quién, ni importa cuán de importante sea ese alguien en tu vida… simplemente, hace que todos tus planes se vengan abajo, ya sea sin querer, o queriendo.
Y lo más extraño es que, después de tantas y tantas veces que han echado a perder mis planes durante toda mi vida, sigo haciéndolos. Sigo planeando cosas que me gustaría hacer, cosas que me gustaría vivir... Y por mucho que piense que saldrán mal, sigo imaginando que algún día saldrán bien. ¿Para qué? Para que luego siempre pase lo mismo… Al final de todo, siempre se rompen todos esos planes antes de que lleguen a cumplirse. Y te hundes, y lloras, y sufres… Para que, probablemente, dentro de dos días vuelva a planear algo, esperando que salga bien…

domingo, 3 de octubre de 2010

Añoranza

Echar de menos, echar de menos una y otra vez algo que sabes que siempre estará lejos, por lo menos hasta dentro de unos años. Porque tiene que ser así, porque ambos elegimos vivir así… o eso creo. Yo le elegí a él, y él a mí, sabiendo lo que conllevaba querernos, pero así sucedió y así quedó. Así nació hace 4 años, y así permanecerá para siempre. Porque cuando no puedes negarle nada, cuando le ves y caes rendida, cuando le miras profundamente a los ojos y sólo ves amor, cuando te encanta cómo eres cuando él está a tu lado, cuando darías hasta lo que no tienes por estar con él… cuando suceden tantas y tantas cosas… te das cuenta de que él es el único que consiguió robarte el corazón, y quedárselo para siempre.
Y cuando te das cuenta de ello, sientes miedo. Sientes que no podrás hacer nada por evitar caer ante él siempre que él quiera. Pero no te importa, porque lo amas. Y en eso se basa tu vida. En quererlo, en formar un futuro mirando por los dos, en soñar cada noche con su rostro, con sus gestos, con sus miradas… Porque sabes que, de momento, es la única manera que tienes para sentirle cerca de ti. Y pasas a querer estar todo el día en la cama, dormida, soñando. Imaginando momentos junto a él, momentos bonitos, tiernos, dulces… Recordando situaciones e imaginando otras nuevas. Siempre con él.
Y pasas a echarle de menos, a ponerte triste, a añorar algo que sabes que por ahora no puedes tener. Y por más que me lo repite mi subconsciente, no me entra en la cabeza. Y sigo soñando, y sigo imaginando, y sigo luchando por intentar sentir cerca algo que no puedo tener, no por el momento…
Quiera o no, cada día lo echo de menos. Unos días más, otros menos. Unos días lo recuerdo más, otros consigo entretener mi mente en otras cosas. Unos días me hundo más, me siento más sola; otros consigo sonreír junto a mis amigos. Pero nada ni nadie consigue quitar esta añoranza que vive dentro de mí, hasta el día que viva con él.

lunes, 28 de junio de 2010

Idiota

No puedo decir que odie tu vida, porque en realidad te adoro y te aprecio más de lo que nadie pueda llegar a imaginar o creer, pero odio que me hagas esto. Odio que te vayas a buscar problemas sin decírmelo. Odio que tengas que vivir en problema tras problema. Y odio que esos problemas siempre sean peleas.
Odio vivir lejos de ti porque así no puedo enterarme si quiera de si estás bien o no. Odio tener que vivir en la angustia de saber de ti.
Realmente has conseguido que odie con más fuerza de lo normal a esa persona que tanto te está jodiendo la vida. Hasta deseo su muerte.
¿Suena cruel? Lo siento. Más cruel es lo que hace él con el resto del mundo.
Cierto es que no es ni medio normal todo lo que te ha hecho esa persona, y todo lo que les ha hecho a las personas que te rodean. Sé que no puedo pedirte que lo dejes estar, porque sé que ni si quiera eso es posible con semejante persona. Pero no me pidas que deje de pedírtelo.
Ojalá oírme llorando sea para ti lo suficiente como para tenerme informada las 24 horas del día a partir de hoy.
Sé que nunca llegaré a cambiarte. Sé que ya te cambie a mejor, aunque solo sea un poco. Y te agradezco muchísimo lo que cierto día me contaste y conseguí evitar que hicieras. Te lo agradezco de corazón. Pero si no soy capaz de cambiarte, ni yo ni nadie, por lo menos mantenme informada de todo lo que hagas, de todo lo que pueda preocuparme, porque quiero saberlo más que cualquier otra cosa.
En cualquier caso, sigues siendo esa persona tan especial en mi vida de la cual nunca dejaré de preocuparme. Recuérdalo siempre.
Te quiero bicho.

domingo, 27 de junio de 2010

Mi futuro

Este ha sido, sin duda alguna, el mejor año de todos los vividos en mi vida de estudiante. Todos vosotros habéis conseguido sacar de mí tantas y tantas sonrisas que ahora me es imposible alejarme de vosotros.
Llevaba todo un año más que decidida a irme, a dejar ese lugar que había estado presente en mí ya seis años de mi vida. Y a pesar de que durante todo este año me habéis tratado como a una más, a pesar de que me habéis hecho pasar los mejores ratos de mi vida, a pesar de que me recibíais con sonrisas mañana tras mañana… Aún seguía decidida a irme.
Pero entonces llegó el momento.
Y allí estaba, al lado de mi madre, en un nuevo instituto. Miraba las paredes, el suelo, secretaría, los bancos del pasillo, la gente… No podía imaginarme allí, sin vosotros; en especial, sin mis compañeras más cercanas.
Entonces me lo planteé, me planteé toda mi vida, todo mi futuro. Sabía que no podía sacrificar todo mi futuro por unas cuantas compañeras de clase, asique empecé a pensar en el resto de factores. Y entonces, encontré diversas cosas que me llevaban a la misma decisión: seguir mis estudios en mi instituto, con vosotros.
No necesité más de dos días para decidirme y fue gracias a vosotros.
Sinceramente, gracias por hacer de este año uno de los mejores de mi vida.

domingo, 20 de junio de 2010

Te has ido

Hoy fui a despedirte.
Y aunque sabía que no terminaría serena como debería, no podía dejarte marchar sin abrazarte, darte algo mío, y decirte adiós con la mano cuando el autobús arrancase para llevarte a un lugar, un lugar a no se cuantos kilómetros de distancia de aquí.
Lloré. Pero no me viste. Lloré antes de que te marcharas. No quería hacerlo, pero no podía más. Verte, tan cerca, a través de un cristal y saber que no podré abrazarte hasta, por lo menos, dentro de 4 días, me mataba por dentro… Y más aún sabiendo que no volveré a verte tanto como quisiera, tanto como lo hice este año.
Ojalá no tuviera que marcharme. Ojalá pudiera quedarme contigo toda mi vida. Ojalá pudiera verte cada día, con tu carita de sueño.
Pero ahora, en estos momentos, estoy sin ti. A estas horas de la noche, nunca estamos juntas, pero me alivia saber que estas ahí, a dos calles de la mía. Hoy, estás en un autobús; un autobús que, cada minuto que pasa, nos separa más y más.
Y sonará muy dramático, pero has llenado mi vida de una forma impresionante en tan sólo 9 meses, y ahora, sólo me queda pensar que no nos veremos muy a menudo. Y te voy a echar de menos…
Solo espero que te lo pases como nunca, que no pienses en todas esas cosas que te dan dolor de cabeza, que te hacen llorar… Quiero que te lo pases genial por las dos. Quiero que te diviertas, que hagas muchas cosas, y me las cuentes cuando estés de regreso aquí, para verte sonreír mientras me las cuentas.
Te quiero cuxipú.

lunes, 14 de junio de 2010

Te odio

Hoy, me han dicho algo. Me han dicho que siempre hay gente que te joderá la vida, sin razón alguna. Que lo hacen porque sí. Y no hay más.
Y si me lo han dicho es, porque a mí, me lo están haciendo.
¿Se puede saber qué es lo que te he hecho para que trates de hacerme tanto daño?
¿Se puede saber por qué te empeñas en joderme la vida?
Ni lo entiendo, ni ya quiero entenderlo. Antes, me lo planteaba como una de las grandes dudas de mi vida, porque tú, eras importante. Sí, lo eras. Has pasado de ser mi mejor amiga, a ser la persona a la que más odio y, probablemente, odiaré.
¿Por qué? Yo sí te daré un por qué.
Te odio por ser tan orgullosa, por creer que todo el mundo gira a tu alrededor. Te odio por creerte tan importante en el mundo cuando no es así. Te odio por creer que todo lo que tú digas es lo que debe pasar. Te odio por querer destrozar mi vida a toda costa. Te odio por no saber aceptar a las personas tal y como son. Te odio por creerte superior al resto del mundo. Te odio por hacerme creer que te importaba. Te odio por hacerme creer que me querías.
Me encantaría decirte que te pedí perdón sin razón, sin saber por qué lo hacía. Y solo para que no te fueras de mi vida. Pero es mejor no ver esas cosas. Es mejor decir que fuiste tú la que perdonó, la que hizo el esfuerzo de olvidar todas esas cosas que te montaste tú solita en la cabeza. Es mejor hacer que la otra persona quede mal, y tú pases a ser la niña buena.
Ojalá te quedes sola y aprendas un poquito de la vida. Ojalá algún día entiendas todo lo que perdiste sólo por dejarme de lado. Ojalá algún día vuelvas, y pueda mandarte a la mierda como tanto tiempo llevo queriendo hacer.
De momento, hice lo que estaba en mi mano. Tirar todas esas cosas que, un día, vivimos juntas. Ya no quiero recordarte, ni de una manera, ni de otra. Ya no quiero mirar algo y que me recuerde a ti. Te quiero fuera de mi vida. Y así será a partir de ahora.

domingo, 13 de junio de 2010

Cuxipú

Te conocí este año, y apenas hemos pasado unos meses juntas, pero te has convertido en alguien muy importante para mí. Eres alguien a quien debí conocer antes. Lo sé porque ahora que te conozco, no me imagino una vida sin ti.
Porque me comprendes. Y no es un decir. Has vivido cosas que nadie debería haber vivido, y resultan parecidas a las mías. Cosas que, si no pasas por ellas, son demasiado complicadas de entender. Pero tu vida y la mía se parecen hasta tal punto, que podemos entenderlo todo la una de la otra. Y me encanta.
Me encanta saber que hay alguien en este gran mundo tan parecida a mí, que hay alguien capaz de comprender cada pequeño detalle de mi vida, así como yo de la suya. Me encanta saber que hay alguien que siempre te dirá “yo habría hecho lo mismo” sin dudarlo. Saber que no estás sola. Saber… que existes.
Daría lo que fuera por haberme cruzado en tu camino muchos años antes, pero también sé que si así hubiera sido, no habría sido tan especial como lo está siendo ahora. Porque sé que, con sólo pedírtelo, harías lo que fuera por simular una infancia juntas. Harías cualquier cosa por crear un mundo juntas, lo cual haría que no tuviéramos que echar de menos ningún año perdido.
Y sé que no tengo por qué hacerlo, pero una de las cosas que me gustaría hacer es darte las gracias. Quiero darte las gracias por querer formar parte de mi vida. Por querer compartir conmigo detalles escondidos de tu vida. Por querer crear nuevos momentos de tu vida a mi lado. Por escucharme tan atentamente cuando necesito hablar con alguien. Por sonreírme a diario. Por darme abrazos cuando me siento sola. Por cruzarte en mi camino y permanecer en él…
En definitiva, quiero darte las gracias por existir. Porque sin ti, mi vida no estaría tan completa como ahora.
Y quiero que sepas que yo, estaré para ti. Siempre.
Te quiero cuxipú.

sábado, 12 de junio de 2010

Lo que todos buscamos

Indiferentemente de cómo sea cada persona, todos buscamos lo mismo. Todos buscamos a esa persona que nos quiera incondicionalmente. Esa persona que sabe comprenderte, que sabe cómo piensas, que sabe lo que necesitas en todo momento. Esa persona que te acepta tal y como eres, que trata de ayudarte siempre que lo necesitas, que sabe escucharte. Esa persona que te mima cuando te sientes sola, y que sabe darte espacio en los momentos adecuados. Esa persona que sabe lo que te gusta, y actúa en consecuencia. Esa persona que sabe cómo hacer que te sientas especial. Esa persona que te hace sonreír hasta en el peor de tus días, que sabe cómo animarte, que sabe apreciar todas esas sonrisas que salen de tu boca.
Y es que todos queremos a alguien así. Todos buscamos cariño, amor. Todos queremos sentir esa sensación que recorre tu cuerpo cuando estás con esa persona.
Una vez que sientes algo así por alguien, nunca más quieres volver a estar sola. Cuando encuentras a alguien que te llena, todo tu mundo cambia radicalmente. Y pasan a importar relativamente poco los planes que ya tenías hechos para tu futuro.
Y no es que esa persona decida cambiarlos por ti, si no que tú pasas a cambiarlos por crear unos nuevos. Nuevos planes en los que incluir a alguien a tu lado, alguien con quien compartir tu vida. Y de nuevo, es algo que todos buscamos.
Todos buscamos a esa persona que nos espere en casa. Esa persona que nos recibe con cariño al entrar por la puerta y que nos despide con un beso al salir por ella. Esa persona con la que despertarte cada mañana y con la que acostarte cada noche. Esa persona que cocine para ti y tu cocinar para ella. Esa persona que te abraza cuando estás en el sofá, que te da la mano al caminar por la calle, que te sonríe con complicidad cuando estás rodeada de gente. Esa persona que te acaricia el pelo en días románticos, que te mira con amor, que desea hacerlo todo contigo. Esa persona que te llama cuando se acuerda de ti, que guarda cada pequeño detalle que compartís juntos. Esa persona que, lo único que quiere, es pasar el resto de su vida contigo.
Y es que, al final te das cuenta de que es lo más bonito que puedes llegar a tener. Ese alguien que estará ahí en los buenos y en los malos momentos.
Y eso, es algo que todos buscamos.

jueves, 10 de junio de 2010

29 días

Tan sólo 29 días.
Ya puedo decir que queda menos de un mes. Menos de un mes para poder abrazarte de nuevo. Para poder sentir tus brazos rodeando mi cintura. Y esta vez, no tengo que pensar que sólo será un fin de semana. Esta vez puedo pensar, durante más de dos semanas, que volveré a verte a la mañana siguiente.
Y aunque eso, en parte, sea lo mejor, dolerá aún más a la hora de irse. Dolerá el triple, o más, cuando sea la hora de subir al coche, para volver a contar los días hasta un nuevo encuentro.
Pero, a pesar de todo eso, sé con certeza que serán las dos semanas y media más felices de mi vida. Porque tú haces que todo sea tan perfecto, que el resto del mundo carece de importancia. Porque a tu lado no hay problemas, a tu lado todo es felicidad...
Contigo solo sé disfrutar, sonreir y, sencillamente, no pensar. No darle vueltas a la cabeza contínuamente en cosas que sólo consiguen provocarme un dolor agudo en mi cabeza. Pensamientos que sólo conllevan a estar triste, o enfadada. A tu lado eso no pasa. A tu lado solo sé pensar en tí, en nosotros.
Tú, tú haces que la vida me sonría. Quizá sea tu sencilla sonrisa, que al aparecer en tu cara ilumina mi vida. O quizá sea porque sacas de mí esa parte de niña que todos tenemos dentro.
Sinceramente, ya no quiero buscarle una respuesta a esa pregunta que tantas veces me hize. Esa pregunta que, incluso, me has hecho tú. "¿Por qué me quieres a mí?"
La única respuesta que encontré en todo este tiempo fue: "Por ser tu"
Y así será siempre.
Te quiero por ser tu.

Si el hombre pudiera decir...

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando solo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que son su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta,
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, por que no he vivido.

Luis Cernuda

lunes, 31 de mayo de 2010

Mi modelo a seguir

Hoy algo me ha recordado a ti. Hoy he recordado por qué te admiraba tanto. Hoy es un día especial, porque has decidido aparecer en mi cabeza.
Solías ser mi modelo a seguir, y a pesar de todo lo que sabía de ti, seguía admirándote.
Cometiste tus errores, e hiciste cosas de las cuales probablemente luego te arrepintieras, pero seguías siendo todo lo que yo quería ser.
Todo el mundo se equivoca, todo el mundo falla en algún momento de su vida, pero nadie llega a ser tan especial como lo fuiste tú. Jamás llegaré a adorar tanto a nadie como lo hice contigo.
Tú eras feliz. Siempre tenías una sonrisa en la boca. Siempre con la cabeza alta.
Y yo, por más que lo intento, siempre hay algo que me derrumba. Aunque creo que eso, también te pasó a ti.
Me encantaba encontrarte por la calle en dirección a tu casa, me motivaba. Solía mirarte con la ilusión de, algún día, parecerme un poquito a ti.
Ahora, sólo me queda seguir intentándolo. Seguir pensando en ti para motivarme, aunque ya no sea lo mismo. Ahora ya no podré verte por la calle, ni podré volver a saludarte.
Aunque lo único que me alegra, es saber que fuiste realmente positiva hasta el último de tus días…
Por ti, por ser como eras, y por todo lo que te quería.
Nunca te olvidaré.

Sola, mejor

Después de tanto tiempo, vuelvo a estar “soltera”. No recordaba esa sensación. No recordaba lo que era “ser libre”, sin tener que pensar en si se pondrá celoso, o si le molestará lo que haga o diga. Sin tener que dar explicaciones a alguien que, al fin y al cabo, nunca sabes si estará para siempre a tu lado o no.
Y ahora, he decidido sentir esto durante, por lo menos, algún tiempo. Algunos meses, algunos años… Quién sabe.
Por el momento, me dedicaré a pasarlo bien y ser feliz, que ya es hora… Sin pensar en novios o, como quien dice, “amigos especiales”.
Antes cuando me decían “quiero un novio…” solía decir lo mismo, ahora… suelo responder que sola, se está mejor. Menos preocupaciones, y menos dolores de cabeza.
Será mi tiempo. Tiempo para mí. Tiempo para pensar en lo que yo quiero.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Buenos amigos

Así definiste cómo íbamos a ser ahora; buenos amigos. Realmente así es como quiero que acabe todo esto: bien, sin odio, sin rencor, sin ningún sentimiento que nos aleje aún más.
A pesar de todo lo que hemos hecho el uno por el otro… se acabó. Y ahora, ni si quiera sé qué es lo que debería sentir.
Por una parte, me siento aliviada. Por otra, estoy destrozada…
Sabía que era lo mejor, sabía que no aguantaría mucho más así y estaba casi decidida a dejarlo todo. Pero cuando lo dijiste tú… Fue como si mi corazón se rompiera milímetro a milímetro y cada trocito de él se clavara dentro de mí. Y sabía que me dolería, porque te quiero, aun te quiero… pero pensaba que sería más sencillo, menos doloroso, aunque solo fuera por el hecho de que estábamos mal…
Y ahora, sólo somos buenos amigos, o eso dijiste. Lo cierto es que no puedo llegar al día siguiente y hablarte como si hubiéramos sido sólo amigos siempre. Supongo que algún día me será más fácil y sé que no dejaría que nos alejáramos tanto como hace cuatro años, pero… aún no. Aún no puedo hablarte de esa manera, sé que no lo soportaría.
Pero después de todo, haré lo de siempre: tragarme mis sentimientos. Al final, te mandaré mensajes, te llamaré para saber cómo estás, y me conectaré a menudo para poder hablar contigo. Porque así fue siempre, y así será siempre.
Y no sé si algún día podré olvidarte, ni sé si dejaré de quererte. Lo que sí sé es que nunca dejarás de importarme. Siempre me preocuparé por ti, como hasta ahora.
Te quiero.

domingo, 18 de abril de 2010

Cuando yo era un niño

Cuando yo era un crío no hace mucho
sabía lo que era jugar
en la calle inventando mil historias

Y los cromos junto a la pared
jugar al escondite inglés
sin saber siquiera qué era tener novia

Siempre había un par de héroes, los llamábamos papás

Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy

Ahora ya no tienen que inventar
la inocencia es algo virtual
en los parques sólo juegan las parejas

Ya no hay tiempo para educar
sólo importa quién y por cuanto lo harán
mientras ellos coleccionan las promesas

Ahora buscan a sus héroes en cualquier otro lugar

Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy

Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy
no era como hoy
no era como hoy
no era como hoy...

viernes, 9 de abril de 2010

Tu vida es lo que tú quieres que sea

La vida es lo que nosotros queremos que sea.
El mundo puede cambiar, las personas de nuestro alrededor pueden cambiar, pero ya pueden cambiar todas las cosas del universo que si tú no quieres, no tienes por qué hacerlo.
Eres dueño de tu vida, y a medida que creces puedes decidir cómo y cuándo quieres cambiar.
Habrá personas que quieran ayudarte. Habrá quien te de consejos, quien te diga qué es lo que deberías cambiar… pero nunca sabrás con qué intención lo hacen. Porque en el fondo, no puedes fiarte de nadie.
Y si decides confiar plenamente en alguien, significa que tú decides guiarte por lo que esa persona te aconseje. Y de esa forma, así cambiarás y moldearás tu vida.
Puedes ser una buena persona; alguien que se preocupa, que cuida de los demás y que siempre está ahí; y si lo eres, habrá quien esté orgulloso de ti, habrá quien te admire, habrá quien crea que deberías cambiar, que no deberías ser así, habrá quien odie que seas así…
Y puedes decidir ser, como quien dice, mala persona; alguien frío, ajeno a todo tipo de sentimientos y muy directo; que habrá el mismo tipo de personas y las mismas opiniones de ti que siendo todo lo contrario.
Asique al final, te das cuenta de que nadie te cambia, sino que tú cambias. Bien sea porque crees que es lo mejor para ti, o porque crees que así alguien te querrá más.
Pero tu vida es, lo que tú quieres que sea. Nada más.

viernes, 2 de abril de 2010

¿Por qué?

¿Por qué siempre hay gente dispuesta a joderte la vida?
¿Por qué no son capaces de pasar de tí, de olvidarte?
Sería mucho más fácil si pasaras de mí, si me dejaras en paz de una maldita vez.
Si me ves, pasa de mí. Si hablo con alguien que no seas tú, no te metas.
Después de todo, me odias. Y yo lo sé.
Pero olvídame, déjame en paz, odiame si te da la gana, pero pasa de mí.
Eres de las pocas personas de mi vida que desearé no volver a ver, ni oír en lo que me queda de vida. Y serás de las pocas personas que si vuelve, diré "lárgate".
Te lo ganaste tú sola. Enhorabuena.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Lo siento

No sabes cuánto lo siento.
Me gustaría poder ser la hija que tú esperas que sea. Me gustaría conseguir que confiaras en mí cuando te digo que lograré sacar el curso.
Sé que nunca he sido la mejor estudiante, pero sí puedo asegurarte que este año lo estoy intentando muy en serio.
Porque tú te mereces una hija mejor que yo. Porque mereces que no te den más disgustos. Porque sé que estas haciendo hasta lo imposible sólo para darme las vacaciones que yo quiero, porque sabes que con esas dos semanas me harás la niña más feliz del mundo.
Siento mucho no saber cómo devolverte todo eso; sólo espero poder encontrarlo, encontrar la manera de hacerte la madre más feliz y orgullosa del mundo.
Te prometo que sacaré este curso. Por tí, por mí, porque aunque pienses que no, sé lo que me estoy jugando este año, y lograré sacarlo cueste lo que cueste.
Después de todo un día pensando cómo decirte todo esto, decidí que ésta era la mejor manera. Porque cuando las cosas se dicen por escrito, se dice mucho más, ¿no?.

lunes, 22 de marzo de 2010

Luis Cernuda

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

domingo, 21 de marzo de 2010

No vuelvas nunca

Hoy te vi. Hacía ya unos cuantos días que no te veía. Pero no, hoy tuve que verte.
Lo cierto es que ya no siento pena, ni me desanima verte por haberte perdido. Ahora siento rabia, siento que me perdiste porque tú quisiste y que no has querido recuperarme por tu estúpido orgullo. Espero que no vuelvas nunca, porque sé que me volverías a hacer daño.
Nunca supe cómo expresar todo esto que pasó, ni cómo me sentía, pero encontré una canción que lo expresa perfectamente, así que aquí la dejo:

Yo pensé que siempre podría contar contigo
No pensé que algo pudiera separarnos
Dijimos que estaríamos juntos por mucho tiempo
Estaremos bien
Estaremos bien

Pero fui un estúpido
Y tú me decepcionaste
Nunca seré el mismo otra vez

Así que gracias por mostrarme
Que no se puede confiar en los mejores amigos
Y gracias por mentirme
Tu amistad y los buenos tiempos que tuvimos juntos
te los puedes quedar

Quisiera saber por qué siempre tienes que herir
Por cada bendición que tú has aprendido
Yo no olvidaré lo que tú me has hecho
La forma en que me mostraste las cosas
No quiero volver a verlas

Pero fui un estúpido
Tu me decepcionaste
Nunca volveré a ser el mismo

Cuando las cosas se volteen
Me recordaras, mi amigo
Desearas que esté ahí para ti

Yo seré al que más extrañes
Pero solo encontraras mi fantasma
Y conforme el tiempo pase
te preguntaras por qué estas solo

Así que gracias por mostrarme
Que no se puede confiar en los mejores amigos
Y gracias por mentirme
Tú amistad y los buenos tiempos que tuvimos juntos
te los puedes quedar

domingo, 28 de febrero de 2010

Cosas de la vida

Hay cosas de la vida, de tu propia vida, que jamás olvidas.
Como quién te enseñó a montar en bici, quién te enseñó a andar, la casa donde viviste, los primeros amigos del colegio, tu primera comunión, el primer diente de leche que pierdes, la desilusión de saber que papá noel no existe...
Pero cada vida es especial, única. Y cada uno recuerda aquello que más le marcó en su vida.
Mi abuelo fue quien me enseñó a montar en bici. En mi primera bicicleta, rosa y blanca. Aprendí en mi pueblo.
Mi madre fue quien me enseñó a andar, en mi casa. Mi antigua casa. Con un pasillo muy largo al entrar que daba al salón, para dejar la habitación de mis padres a la derecha y otro pasillo a la izquierda, donde quedaban la cocina, el baño y, al fondo, las otras dos habitaciones.
La primera amiga que tuve se llamaba, o se llama, Carlota. Perdí el contacto con ella desde muy pequeña, ya que me mudé de casa.
En mi primera comunión, en la sesión de fotos, el fotógrafo hizo que mi hermano y yo nos dieramos la mano, cosa que nos costó bastante pero a la vez nos hizo mucha gracia. Y durante la misa, tropezé con mi vestido al subir un par de escalones para ir hacia el cura.
No recuerdo el momento en el que perdí mi primer diente de leche, pero sí recuerdo que uno lo dejé clavado en un trozo de pan. Otro lo perdí en mi pueblo, y nuestro querido ratoncito pérez dejó bajo mi almohada una bolsa de gominolas y una muñeca pequeña de blancanieves, la cual perdí al poco tiempo.
Me enteré de que papá noel no existía en casa de mi abuela. Jugando con mi hermano, encontré bajo la cama los juguetes que aparecieron a la mañana siguiente bajo el árbol de navidad.
Dicen que los recuerdos del pasado es mejor dejarlos olvidados en un cajón, pero recordar que un día fuiste un niño, te hace plantearte la vida como algo mejor.

jueves, 25 de febrero de 2010

Te quiero

Te quiero porque siempre estas ahí cuando estoy mal.
Te quiero por cómo me hablas cuando estoy mal.
Te quiero por tu manera de hacerme sonreír.
Te quiero porque siempre me abrazas en la cama.
Te quiero por tu delicadez al apartarme el pelo de la cara.
Te quiero por buscar mi mano por la calle.
Te quiero por crear un ambiente romántico con velas.
Te quiero por guiñarme un ojo entre la gente.
Te quiero por acompañarme a casa.
Te quiero por llamarme a cada momento del día.
Te quiero por entenderme solo con una mirada.
Te quiero por dedicarme tantas canciones especiales.
Te quiero por dejarme abrazarte cuando vemos una película.
Te quiero por la sensación que crea en mí bailar contigo.
Te quiero por cada uno de tus besos.
Te quiero porque eres mimoso.
Te quiero porque te encantan los niños.
Te quiero porque haces que me sienta buena persona.
Te quiero por ser como eres.
Te quiero por cómo soy cuando estoy contigo.
Te quiero por todos tus abrazos.
Te quiero por todas tus caricias.
Te quiero por cada una de tus sonrisas.
Te quiero por confiar en mí.
Te quiero por permitirme estar a tu lado.
Te quiero por ser tan respetuoso conmigo.
Te quiero por abrazarme por detrás cuando te preparo un sándwich.
Te quiero porque me tratas con ternura.
Te quiero porque haces de mis días algo especial.
Te quiero porque contigo todo es perfecto.
Te quiero por ser tú.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Sensaciones extrañas

No sé qué es exactamente lo que pasa, pero no estamos del todo bien.
Vamos a ratos, a momentos, a días… Y todo es realmente extraño.
Creí que todo era culpa de la distancia, de no poder abrazarte cuando tienes un mal día. Creí que si venías a verme todo volvería a ser como al principio. Creí que todo volvería a la normalidad, y te lo dije.
Viniste. Has estado conmigo tres días y todo iba bien.
Hablamos a solas, disfrutamos estando juntos, comimos en mi casa, dormiste en mi cama, vimos películas con mi hermano y su novia, vimos fotos familiares con mi madre, vimos una película a solas, bailamos juntos… Y todo iba bien.
Todo aquel tiempo pasado en el que no habíamos estado del todo bien, ya había quedado atrás. Pero el último día juntos la cosa se complicó un poco.
Por la mañana yo no había estado del todo bien. Sabía que te ibas a ir por la tarde y que no volvería a verte en mucho tiempo. Pero al final conseguí olvidarlo, y todo siguió normal. Poco más tarde, fuimos a comer.
No esperaba encontrarme a nadie desagradable allí, pero fue lo que pasó. Tú no lo supiste entonces, ni lo sabes ahora. Pero aquel encuentro me hizo cabrearme, y me hizo estar mal durante un largo rato después. No conseguí animarme de nuevo hasta después de estar con Laura en el dentista. Pero cuando bajamos ya te noté raro y seguiste estándolo durante largo rato de la tarde. Estuvimos en casa de Laura hasta que por fin me hiciste caso y nos fuimos a dar una vuelta. Entonces todo se complicó aún más. Tú estabas muy cabreado y te alterabas por todo, asique decidí callarme para no complicar más las cosas. Ese paseo fue realmente extraño. Yo no quería hablar, y tú parecías preocupado por el hecho de que yo no hablase.
Cuando decidí volver a hablar, a los pocos minutos ya estabas alterado de nuevo por el hecho de hablar de mis amigos. Y entonces me cansé. Ya no quería hablar de nada.
Al final del día, antes de que te fueras, conseguí que todo volviera medianamente a la normalidad, a nuestra normalidad, y te fuiste.
Al llegar a tu casa, me llamaste, y todo fue bien.
Y hoy, dos días después de tu ida, todo vuelve a estar como estaba antes. Tú cabreado por tus problemas en casa y yo preocupada y callada sin saber qué hacer o qué decir. Y lo peor de todo es, que cuando hago o digo algo, me da la sensación de que lo estoy estropeando aún más porque siempre acabamos mal.
No sé qué está pasando, pero espero que termine pronto. Porque lo nuestro no puede acabar nunca…

lunes, 8 de febrero de 2010

Días

Hay días en los que me levanto feliz, porque sí. Días en los que miro el reloj, y me levanto de un salto. Esos días mantengo una sonrisa en la boca las 24 horas del día. En esos días consigo animar hasta a la persona con el mayor problema del mundo. Desafortunadamente, son pocos.
Hay días en los que me levanto triste. Días en los que ni si quiera soy capaz de abrir los ojos, y me escondo bajo las sábanas. Esos días soy incapaz de sonreír de verdad. En esos días no soy capaz de sostener mi propio cuerpo durante todo el día. Y últimamente, éstos ocupan muchos de los días de mi vida.
Hay días en los que me levanto neutral a todo. Días en los que me digan lo que me digan, no me importa. Esos días no soy yo misma. En esos días sólo deseo que terminen para poder meterme en la cama y que nadie me moleste. Hace mucho que no tengo uno de ellos…
Hay días en los que me levanto sensible. Días a los que yo llamo “días tontos”. En esos días todo me afecta más de lo que ya de por sí me afecta. Junto a los días tristes, son de los que más suelo vivir.
Hay días en los que me levanto cabreada. Días en los que me molesta absolutamente todo. Esos días me altero por el más mínimo detalle. En esos días es mejor que nadie se me acerque. Son raros en mi forma de ser, pero también los hay.
Hay días en los que me levanto yo misma. Días en los que ayudo a la gente. Esos días soy de lo más cariñosa que haya en el mundo. En esos días me siento útil. Y me encanta levantarme con ese ánimo por las mañanas…

domingo, 10 de enero de 2010

Mi vida contigo

Mi vida sin ti, era diferente.
Desde que entraste en ella, todo cambió.
Ahora sonreír vale la pena. Ahora tengo ganas de salir. Ahora me gusta vivirla. Ahora sé que tengo una meta en ella: hacerte feliz.
Antes no sabía lo que era tenerte, no sabía lo que era vivir sin ti. Quizá como no lo sabía, sobreviví. Porque ahora que lo sé, mi vida sin ti no sería nada. No valdría la pena vivirla. Nada valdría la pena si tú no estás…
Quiero verte cada mañana, y cada tarde, y cada noche. Quiero contarte mis problemas y que tú me cuentes los tuyos. Quiero hacerte sonreír y que tú me hagas sonreír. Quiero que seas mi mejor amiga para siempre, y que yo sea la tuya.
Y me encantaría que nuestro sueño se haga realidad. Me encantaría vivir contigo. Me encantaría hacerte el desayuno por las mañanas. Me encantaría llevártelo a la cama cada mañana. Me encantaría poder pasar noches en vela hablando contigo. Me encantaría que nos gritásemos por que la casa está muy sucia. Me encantaría ir a hacer la compra contigo.
Todo eso y mucho más, porque contigo todo es divertido. Contigo todo es mejor.
Quiero una vida, pero una vida cerca de ti.

martes, 5 de enero de 2010

Recuérdame de esta manera

De vez en cuando
Encontramos a un amigo especial
Que nunca nos decepciona...

Que entiende todo
Que nos levanta cada vez que caemos
Eres el mejor amigo que he encontrado...

Se que no te puedes quedar
Pero una parte de ti nunca partirá
Tu corazón se quedará...

Pediré un deseo por ti,
Y espero que se convierta en realidad,
Que la vida sea amable,
Con tu mente tan gentil,
Si pierdes el rumbo,
Recuerda el ayer
Recuérdame así,
Recuérdame de esta manera.

No necesito ojos para ver
El amor que me das,
No importa a donde vaya
Se que ahí estarás
Para siempre jamás una parte de mi donde sea
Siempre me importarás...

Pediré un deseo por ti,
Y espero que se convierta en realidad,
Que la vida sea amable,
Con tu mente tan gentil,
Y si pierdes el rumbo,
Recuerda el ayer
Recuérdame así,
Recuérdame de esta manera.

Y estaré justo atrás de tu hombro,
Cuidándote
Estaré a tu lado, todo lo que hagas
Y nunca me iré
Mientras tu creas,
Solo cree...

Pediré un deseo por ti,
Y espero que se convierta en realidad,
Que la vida sea amable,
Con tu mente tan gentil,
Y si pierdes el rumbo,
Recuerda el ayer
Recuérdame así,
Recuérdame de esta manera.
Oh...
De esta manera.