No puedo decir que odie tu vida, porque en realidad te adoro y te aprecio más de lo que nadie pueda llegar a imaginar o creer, pero odio que me hagas esto. Odio que te vayas a buscar problemas sin decírmelo. Odio que tengas que vivir en problema tras problema. Y odio que esos problemas siempre sean peleas.
Odio vivir lejos de ti porque así no puedo enterarme si quiera de si estás bien o no. Odio tener que vivir en la angustia de saber de ti.
Realmente has conseguido que odie con más fuerza de lo normal a esa persona que tanto te está jodiendo la vida. Hasta deseo su muerte.
¿Suena cruel? Lo siento. Más cruel es lo que hace él con el resto del mundo.
Cierto es que no es ni medio normal todo lo que te ha hecho esa persona, y todo lo que les ha hecho a las personas que te rodean. Sé que no puedo pedirte que lo dejes estar, porque sé que ni si quiera eso es posible con semejante persona. Pero no me pidas que deje de pedírtelo.
Ojalá oírme llorando sea para ti lo suficiente como para tenerme informada las 24 horas del día a partir de hoy.
Sé que nunca llegaré a cambiarte. Sé que ya te cambie a mejor, aunque solo sea un poco. Y te agradezco muchísimo lo que cierto día me contaste y conseguí evitar que hicieras. Te lo agradezco de corazón. Pero si no soy capaz de cambiarte, ni yo ni nadie, por lo menos mantenme informada de todo lo que hagas, de todo lo que pueda preocuparme, porque quiero saberlo más que cualquier otra cosa.
En cualquier caso, sigues siendo esa persona tan especial en mi vida de la cual nunca dejaré de preocuparme. Recuérdalo siempre.
Te quiero bicho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario