Cuando yo era un crío no hace mucho
sabía lo que era jugar
en la calle inventando mil historias
Y los cromos junto a la pared
jugar al escondite inglés
sin saber siquiera qué era tener novia
Siempre había un par de héroes, los llamábamos papás
Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy
Ahora ya no tienen que inventar
la inocencia es algo virtual
en los parques sólo juegan las parejas
Ya no hay tiempo para educar
sólo importa quién y por cuanto lo harán
mientras ellos coleccionan las promesas
Ahora buscan a sus héroes en cualquier otro lugar
Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy
Aprendí el valor de la amistad
aprendí a reír, aprendí a llorar
aprendí que los sueños se pueden hacer realidad
aprendí a usar la imaginación
a leer un cuento con emoción
a mirar a los ojos cuando hay que pedir perdón
cuando yo era un niño no era como hoy
no era como hoy
no era como hoy
no era como hoy...
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Uno nunca sabe a quien se va a encontrar por el camino. Lleva en la mochila un poco de todo para no necesitar nada, pero a veces se encuentra gente que, como he visto al leer estas y otras líneas, siempre tienen algo que tú no, y lo comparten sin problema.
ResponderEliminarHoy he conocido a alguien así, leyendo unas simples líneas donde se expresan grandes cosas. Es bien sabido que la palabra por pequeña que sea, puede llegar a ser lo más grande, y este es un claro ejemplo, pues una (perdonadme que me tome esta licencia) “ratita” tan simpática, guapa, divertida y a la vez tan elocuente, puede ofrecer unas líneas tan intensas y llenas de sentimientos que hasta el más frío de corazón sentirá un pequeño movimiento en su gélido interior.
No se hasta que punto puedo llegar a pedir esto, pero agradecería mantener un contacto posterior cuando este caminante reinicie su camino y se separe de esta mente tan brillante. ¿Aceptas?
Gracias.
ResponderEliminarDe hecho, esperaba que me lo pidieras. Será un placer poder seguir en contacto contigo despues del camino que, por casualidad, nos tocó recorrer juntos.
Las gracias te las daré yo a tí. Mi caminar suele ser siempre silencioso, pues no suelo dejar huella nunca, o por lo menos eso es lo que siempre me han demostrado.
ResponderEliminar¿Esperabas que te pidiera el contacto? Dalo por hecho, así podré saber de tí cuando continue mi camino, aunque a partír de ahora no serán tan distante el tuyo y el mio. :)
No sé en los demás, pero en mí dejarás huella. Eso no lo dudes.
ResponderEliminarEspero que no se distancien demasiado y algún día nos volvamos a cruzar. :)
Las sendas de la vida son infinitas, se cruzan una y otra vez, y si bien es cierto que no se puede uno parar a esperar, si se puede intentar encontrar... ¡quizás la recompensa sea mayor de lo que uno imagina!
ResponderEliminarPor mi parte sería un placer que fueran paralelas.
Entonces lo serán. :)
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