viernes, 28 de agosto de 2009

Momentos de la vida

Hay momentos en la vida en que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas.
Cuando decides disparar a alguien.
Cuando decides quererlo, o no quererlo.
Cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea.
Esa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro, o inundarlo de luz.
Podrá hacer de ti un héroe o un criminal.
Podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Se acabo

Hasta hace unos meses lo único que quería era no perderlo todo. Quería estar bien contigo, recuperar todo lo que un día fuimos. Pero tú te empeñas en que no podemos ser amigos. Intentas ser lo principal en mi vida, estar por encima de todo y de todos, y eso no puedo hacerlo…
Crees que lo fuiste… está bien. Supongo que ya es hora de decírtelo.
Nunca lo fuiste. Nunca fuiste lo único en mi vida. Sí, fuiste una parte vital en ella. Incluso llegué a pensar que sin ti no era nada, y te prometí compartir mi vida contigo. Pero son cosas que siempre se dicen cuando quieres a alguien en ese momento. Y no niego que te quise más que a mi propia vida, pero no pude seguir con todo lo que pasamos. Lo siento.
Ahora me odias, y yo no sé qué te he hecho para que lo hagas, pero lo haces.
Me evitas, no quieres verme, ni tan si quiera hablar conmigo.
¿Qué te he hecho para que me trates así?
Yo jamás lo haría. Y me has hecho mucho daño, más del que jamás llegué a imaginar. Pero aun así quería seguir a tu lado, quería ayudarte cuando estabas mal, quería contarte mi día a día, escuchar tus problemas, tus preocupaciones…
Pero tú ya no quieres saber nada de mí. Me lo dejaste muy claro.
Lo tendré que aceptar, como todo…
Seguro que piensas que es lo más fácil. Igual piensas que así me olvidaras, y yo me olvidaré de ti. Pero te equivocas. Puedes seguir haciendo todo esto, que no servirá de nada.
Has conseguido que no quiera saber nada de ti. ¿Era lo que pretendías, no?
Intentaste que te odiase diciéndome cosas que jamás se me pasó por la cabeza que escucharía de ti. Pero lo soporte, y seguí a tu lado.
¿Mereció la pena soportarte tanto tiempo? Ya veo que no…
Si quieres olvidarte de mí, hazlo.
Si quieres odiarme el resto de tu vida porque piensas que te quise hacer daño, hazlo.
Si quieres evitarme cada día, hazlo.
Me da igual lo que hagas, me da igual. Ya no quiero saber nada más de ti. No me importa si estás bien o si estás mal. No me importa nada más de ti. Se acabó.

viernes, 21 de agosto de 2009

Nuestra noche lunar

Desde hace días, por alguna razón, deseaba que llegase este día. Quizá para poder decir “ya solo queda una noche lunar…”
Intento hacerme a la idea de que pronto estarás a mi lado. De que caminarás junto a mí. De que te enseñaré todo lo que un día soñé. De que, incluso, cocinaré para ti. Saldremos juntos por la noche y veremos los fuegos artificiales sentados en el césped. Podré enseñarte cómo corre mi perro tras las piedras. Podré enseñarte mi día a día aunque solo sea por dos días…
Sé que todo será así, pero aún no me lo creo…
Trato de asimilarlo, pero no lo consigo…
Esperé este momento durante cuatro años, y supongo que después de tanto tiempo… no logro asimilarlo. Es más, no creo que llegue a hacerlo hasta no tenerte entre mis brazos. Pero no me importa… porque sé que llegará. Sé que vendrás, por mi. Para verme. Y me encanta.
Y ya no me importa lo que piensen los demás. No me importa si creen que no deberías venir, o si creen que yo me hago demasiadas ilusiones.
Disfrutaré de todo el tiempo que tenga contigo. Estaré contigo el mayor tiempo posible, y trataré de que no olvides ni un solo segundo de todo ello. Porque sé que yo, no lo haré.
Ahora sólo puedo pensar en todo esto.
En que…
Cada día que pasa queda menos.
Cada día que pasa tengo más ganas.
Cada día que pasa se me ocurren nuevas cosas por hacer.
Sólo quiero verte… abrazarte… estar contigo.
Sólo tendré que esperar una noche lunar. Sólo eso…

jueves, 20 de agosto de 2009

Ahora que te has ido

Cada mañana me levanto con la ilusión de que te veré entrar por el parque con Kapry, te acercarás a mí y me darás dos besos.
Si me pasa algo, siempre me escuchas. Y cuando eres tú la que tiene un problema, sabes que siempre te escucho.
Confiamos la una en la otra, y siempre hablamos de todo. Ahora mismo podría decir que lo sé todo de ti, y tú de mí.
Siempre me hizo gracia la forma en la que nos conocimos. ¿Quién iba a decir que sería el dolor el que nos uniría?
Ahora que estamos tan unidas, no dejaré que nada ni nadie te haga daño.
Quizá no sea la mejor amiga que alguien pueda tener, pero trataré de cuidarte lo mejor posible.
Me encanta como eres. Me encanta que me confíes todas tus dudas. Me encanta tu forma de expresarte. Me encanta verte sentada en mi sofá a las cuatro y media de la tarde. Me encantan nuestros vicios. Me encanta cuando me das un toque sólo porque te acuerdas de mí. Me encanta verte sonreír. Me encantan tus besos de despedida. Me encanta quedarme contigo horas y horas en nuestra esquina. Me encanta sacarte una sonrisa cuando estás mal. Me encanta cuando te cabreas. Me encantas toda tú… Con tus cosas buenas, y con tus cosas malas. Y no te cambiaría por nada.
Y ahora que te has ido, me doy cuenta de todo lo que te echo de menos. Me doy cuenta de lo mucho que me ayuda verte cada día. Y no quiero perder eso por nada del mundo.
Te quiero mucho preciosa. No cambies nunca, y vuelve pronto…

viernes, 14 de agosto de 2009

Iré donde quiera que vayas

Ultimamente, me he estado preguntando
quien estará ahí para ocupar mi lugar
cuando me vaya
necesitarás amor
para iluminar las sombras de tu cara
si una gran ola tuviera que caer
y cayera sobre todos nosotros
si tuvieras que escoger olvidar o recordar
¿podrías hacerlo sola?

Si yo pudiera
entonces lo haría
iré donde quiera que vayas
a lo más alto
o a lo más bajo
iré donde quiera que vayas

Y tal vez encuentre
la manera de poder regresar algún dia
a mirarte, a guiarte
en tus días más oscuros
si una gran ola tuviera que caer
y cayera sobre todos nosotros
tengo la esperanza de que haya alguien
quien pueda traerme de regreso a ti

Si yo pudiera
entonces lo haría
iré donde quiera que vayas
a lo más alto
o a lo más bajo
iré donde quiera que vayas

Huiste con mi corazón
huiste con mi esperanza
huiste con mi amor
Y ahora sé, solo cómo
mi vida y mi amor pueden seguir adelante
en tu corazon y en tu mente
me quedare contigo por todo el tiempo

Si yo pudiera
entonces lo haría
iré donde quiera que vayas
a lo más alto
o a lo más bajo
iré donde quiera que vayas
si pudiera retroceder en el tiempo
iré donde quiera que vayas
si pudiera hacerte mia
iré donde quiera que vayas…
iré donde quiera que vayas…

martes, 4 de agosto de 2009

Perdida y con miedo

Estoy cayendo en un agujero oscuro del cual no sé si sabré salir.
Me estoy perdiendo en un lugar sin nadie que me guíe.
Y no debería. Tengo lo que quiero, lo que buscaba: Alguien a quien quiero. Alguien que me quiere.
No quiero pedir ayuda. No quiero que nadie se preocupe por mí.
Pero me asusta… y cada día me acerco más a esa infinita oscuridad. Creo que sabré salir cuando esté lista y preparada, pero me da miedo no poder hacerlo… Me da miedo quedarme allí encerrada y perder todo lo que tengo fuera. Porque allí dentro no tengo nada, solo el consuelo de mi soledad, como hace tiempo atrás.
La puerta está entreabierta, con un cartel que dice “Puedes entrar”. Puedo, pero… quiero?
Si entro, algunas personas me odiaran y se irán de mi lado. Otras, por el contrario, se quedarán conmigo para ayudarme a salir y me dirán que jamás debí entrar; aunque supongo que eso ya lo sé.
Ahora quiero quedarme sentada frente a la puerta. No quiero hacer nada. Quiero dejarlo todo como está. Porque sé que si hago algo acabaré perdida en un mundo completamente abandonado y solitario. Haré lo que mi cuerpo y mi mente decidan. Confiando en que, poco a poco, mi vida vuelva a la normalidad…