lunes, 31 de mayo de 2010

Mi modelo a seguir

Hoy algo me ha recordado a ti. Hoy he recordado por qué te admiraba tanto. Hoy es un día especial, porque has decidido aparecer en mi cabeza.
Solías ser mi modelo a seguir, y a pesar de todo lo que sabía de ti, seguía admirándote.
Cometiste tus errores, e hiciste cosas de las cuales probablemente luego te arrepintieras, pero seguías siendo todo lo que yo quería ser.
Todo el mundo se equivoca, todo el mundo falla en algún momento de su vida, pero nadie llega a ser tan especial como lo fuiste tú. Jamás llegaré a adorar tanto a nadie como lo hice contigo.
Tú eras feliz. Siempre tenías una sonrisa en la boca. Siempre con la cabeza alta.
Y yo, por más que lo intento, siempre hay algo que me derrumba. Aunque creo que eso, también te pasó a ti.
Me encantaba encontrarte por la calle en dirección a tu casa, me motivaba. Solía mirarte con la ilusión de, algún día, parecerme un poquito a ti.
Ahora, sólo me queda seguir intentándolo. Seguir pensando en ti para motivarme, aunque ya no sea lo mismo. Ahora ya no podré verte por la calle, ni podré volver a saludarte.
Aunque lo único que me alegra, es saber que fuiste realmente positiva hasta el último de tus días…
Por ti, por ser como eras, y por todo lo que te quería.
Nunca te olvidaré.

Sola, mejor

Después de tanto tiempo, vuelvo a estar “soltera”. No recordaba esa sensación. No recordaba lo que era “ser libre”, sin tener que pensar en si se pondrá celoso, o si le molestará lo que haga o diga. Sin tener que dar explicaciones a alguien que, al fin y al cabo, nunca sabes si estará para siempre a tu lado o no.
Y ahora, he decidido sentir esto durante, por lo menos, algún tiempo. Algunos meses, algunos años… Quién sabe.
Por el momento, me dedicaré a pasarlo bien y ser feliz, que ya es hora… Sin pensar en novios o, como quien dice, “amigos especiales”.
Antes cuando me decían “quiero un novio…” solía decir lo mismo, ahora… suelo responder que sola, se está mejor. Menos preocupaciones, y menos dolores de cabeza.
Será mi tiempo. Tiempo para mí. Tiempo para pensar en lo que yo quiero.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Buenos amigos

Así definiste cómo íbamos a ser ahora; buenos amigos. Realmente así es como quiero que acabe todo esto: bien, sin odio, sin rencor, sin ningún sentimiento que nos aleje aún más.
A pesar de todo lo que hemos hecho el uno por el otro… se acabó. Y ahora, ni si quiera sé qué es lo que debería sentir.
Por una parte, me siento aliviada. Por otra, estoy destrozada…
Sabía que era lo mejor, sabía que no aguantaría mucho más así y estaba casi decidida a dejarlo todo. Pero cuando lo dijiste tú… Fue como si mi corazón se rompiera milímetro a milímetro y cada trocito de él se clavara dentro de mí. Y sabía que me dolería, porque te quiero, aun te quiero… pero pensaba que sería más sencillo, menos doloroso, aunque solo fuera por el hecho de que estábamos mal…
Y ahora, sólo somos buenos amigos, o eso dijiste. Lo cierto es que no puedo llegar al día siguiente y hablarte como si hubiéramos sido sólo amigos siempre. Supongo que algún día me será más fácil y sé que no dejaría que nos alejáramos tanto como hace cuatro años, pero… aún no. Aún no puedo hablarte de esa manera, sé que no lo soportaría.
Pero después de todo, haré lo de siempre: tragarme mis sentimientos. Al final, te mandaré mensajes, te llamaré para saber cómo estás, y me conectaré a menudo para poder hablar contigo. Porque así fue siempre, y así será siempre.
Y no sé si algún día podré olvidarte, ni sé si dejaré de quererte. Lo que sí sé es que nunca dejarás de importarme. Siempre me preocuparé por ti, como hasta ahora.
Te quiero.