Indiferentemente de cómo sea cada persona, todos buscamos lo mismo. Todos buscamos a esa persona que nos quiera incondicionalmente. Esa persona que sabe comprenderte, que sabe cómo piensas, que sabe lo que necesitas en todo momento. Esa persona que te acepta tal y como eres, que trata de ayudarte siempre que lo necesitas, que sabe escucharte. Esa persona que te mima cuando te sientes sola, y que sabe darte espacio en los momentos adecuados. Esa persona que sabe lo que te gusta, y actúa en consecuencia. Esa persona que sabe cómo hacer que te sientas especial. Esa persona que te hace sonreír hasta en el peor de tus días, que sabe cómo animarte, que sabe apreciar todas esas sonrisas que salen de tu boca.
Y es que todos queremos a alguien así. Todos buscamos cariño, amor. Todos queremos sentir esa sensación que recorre tu cuerpo cuando estás con esa persona.
Una vez que sientes algo así por alguien, nunca más quieres volver a estar sola. Cuando encuentras a alguien que te llena, todo tu mundo cambia radicalmente. Y pasan a importar relativamente poco los planes que ya tenías hechos para tu futuro.
Y no es que esa persona decida cambiarlos por ti, si no que tú pasas a cambiarlos por crear unos nuevos. Nuevos planes en los que incluir a alguien a tu lado, alguien con quien compartir tu vida. Y de nuevo, es algo que todos buscamos.
Todos buscamos a esa persona que nos espere en casa. Esa persona que nos recibe con cariño al entrar por la puerta y que nos despide con un beso al salir por ella. Esa persona con la que despertarte cada mañana y con la que acostarte cada noche. Esa persona que cocine para ti y tu cocinar para ella. Esa persona que te abraza cuando estás en el sofá, que te da la mano al caminar por la calle, que te sonríe con complicidad cuando estás rodeada de gente. Esa persona que te acaricia el pelo en días románticos, que te mira con amor, que desea hacerlo todo contigo. Esa persona que te llama cuando se acuerda de ti, que guarda cada pequeño detalle que compartís juntos. Esa persona que, lo único que quiere, es pasar el resto de su vida contigo.
Y es que, al final te das cuenta de que es lo más bonito que puedes llegar a tener. Ese alguien que estará ahí en los buenos y en los malos momentos.
Y eso, es algo que todos buscamos.
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Leo y releo una y otra vez, buscando algo en el texto que me ayude a comprender, cómo, de qué manera, por qué todo es tan claro de entender y tan complejo de ver. Dicen que no existen barreras para los deseos, y es cierto. Más es la realidad la que impone las barreras del deseo, pues lo que se busca es lo que se desea, y lo que se desea lo que no tenemos. Busquemos todos juntos nuestros deseos, rompiendo los muros de la realidad y lancémonos al mundo en busca de nuestro complemento ideal. “Alma pareja que rondas solitaria por el mundo, escucha mi voz en las sombras y búscame incesante, pues cuando nos encontremos se hará la luz, y todo el mundo radiante, será testigo de nuestro amor.”
ResponderEliminarSinceramente no encontré otras palabras para expresar la grandiosa valía de tú texto. Sabes de sobra lo que pienso, más añadir algo sería un nuevo pensamiento.
Gracias.
ResponderEliminarCuando me pongo a pensar, me salen cosas tipo a éstas.
Nunca he creido que mis pensamientos tuvieran tanto valor, porque éso son mis textos, mis propios pensamientos...
Muchas gracias, de corazón.