sábado, 14 de noviembre de 2009

Discusiones

No sé por qué, pero cada vez que él viene, tú y yo discutimos.
No sé si es porque no te gusta, porque tienes miedo de que haga algo de lo cual pueda arrepentirme, porque te da miedo que me haga daño, o por qué. Solo sé que discutimos, y lo odio.
Odio discutir contigo. Odio que no confíes en mí. Odio que pienses que soy una fresca.
El otro día me dijiste en tono irónico que “es muy bonito imaginar que estáis casados, abrazaditos en el sofá”.
Lo que más me duele no es que seas irónica, si no que no te des cuenta de que para mí, el simple hecho de estar abrazados en un sofá viendo la tele me hace más feliz que cualquier otra cosa.
Sé que nunca llegarás a entender por qué mi cara cambia cuando le veo. Por qué soy incapaz de dejar de sonreír cuando él está aquí. Por qué me da igual todo, con tal de estar con él.
Sé que nunca llegarás a entenderlo, porque yo tampoco lo hago.
Solo sé que con él me siento especial. Con él me siento feliz. Con él me siento segura. Con él mi mundo es distinto… es mejor…
Me gustaría que pudieras entenderlo… me gustaría que la próxima vez que él estuviese aquí confiases lo suficiente en mí como para no volver a discutir y entender mis ganas de querer estar con él.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Tristeza

Tristeza es tener a quien amas a kilómetros y sentir que lo tienes muy dentro, es querer besarlo y no poder, es llorar a solas y odiar las noches amargas, es tener vida y no querer vivirla…

jueves, 12 de noviembre de 2009

Falsas esperanzas

Hace tiempo, cuando aún sabía algo de ti, era yo quien pretendía alejarme de ti.
Cada vez que lo intentaba sentía que te estaba abandonando y no era capaz de reprimir mis ganas de volver.
Hace meses decidiste alejarte tú. Decidiste olvidarme, no hablarme, no verme, no saber absolutamente nada de mí. Y lo hiciste.
Resulta extraño que yo me sintiese mala persona por hacerlo, o intentarlo, y a ti te considere una persona con el suficiente valor y fuerza para hacerlo. Pero así es.
Esperaba que no fuese un adiós para siempre y para todo. Esperaba que me felicitases en mi cumpleaños. No me importaba cómo: una llamada, un mensaje, un correo, una carta… Pero no llegó nada. Ni me llamaste, ni me mandaste un mensaje, ni me enviaste un correo, ni si quiera una carta… No hiciste nada. Nada.
Me sentí como una tonta por haber esperado durante todo un día algo que probablemente ni se te pasó por la cabeza.
Ni si quiera te acordarás de mí. Supongo que olvidar se te da bien.
Solo espero que todo te vaya bien. Que hayas encontrado otra persona. Que no tengas malos momentos y que por fin la vida te sonría…

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Otra vez

Vuelves a estar enfadada conmigo. Vuelves a hacer lo mismo de siempre.
Te crees que tienes razón sin ni si quiera darme opción a responderte.
¿De verdad lo quieres así?
¿De verdad vas a volver a enfadarte por lo mismo?
La última vez fui yo quien te pidió perdón. Se suponía que me habías perdonado.
Ahora vuelves a enfadarte por lo mismo.
Dices que no me preocupo por ti, que no te llamo, que no me pongo en contacto contigo para saber cómo estás y diversas cosas más.
Te diré una cosa: No tienes ni idea.
Sí que sé de ti. Sí que me preocupo por ti. Pero claro, eso tú no lo sabes.
Te quejas de que no te llamo. ¿Lo haces tú? No
Te quejas de que no te mando mensajes. ¿Lo haces tú? No
Te quejas de que no me preocupo por ti. ¿Lo haces tú? No
Empiezo a cansarme de tus tonterías. De tus cabreos por tonterías. De que te quejes por cosas que tú tampoco haces. De que te quejes y te pienses que siempre tienes razón. A veces estaría bien que escuchases a los demás, aunque solo sea por saber la opinión y la versión de esa otra persona. Pero al final de todo, seguirás haciendo lo mismo. Porque sigues pensando que siempre tienes la razón en todo. Ojalá algún día te des cuenta de que no es así.
No tengo nada por lo que arrepentirme, no tengo que pedirte perdón por nada. Esta vez no. Esta vez quien debe arrepentirse y pedir perdón eres tú.
La diferencia entre tú y yo, es que yo no te daré un tiempo límite para perdonarte. No veo así una amistad.
Ojalá aprendas algún día todo lo que yo ya he aprendido. Suerte.