domingo, 4 de marzo de 2012

Ella

Todo el mundo la recuerda feliz. Todo el mundo comenta de su amplia sonrisa que su rostro mostraba a diario.
Ella sonreía precisamente para eso. Su único fin era que la gente la recordara con esa única característica: su sonrisa, su felicidad.
Ella salía a diario, le encantaba salir a la calle cada día y caminar sin rumbo fijo. Centrarse en disfrutar de cada detalle de la vida. Salía los días de lluvia, y no volvía a casa hasta que cada parte de su cuerpo estaba completamente mojada. Siempre llegaba a casa con su pelo goteando y toda su ropa completamente calada.
Disfrutaba de la compañía de sus amigos y conseguía animar a cualquiera. No importaba cuál fuera el problema, ella siempre conseguía sacar una sonrisa a cualquier persona que precisara de su ayuda, o su consejo.
Su vida parecía de lo más perfecta.
Digo "parecía", pues esa solo era su fachada.
Nadie la conocía realmente.
Bien es cierto que había personas que conocían más o menos detalles sobre ella; y existían personas que eran capaces de entenderla en pequeñas situaciones o problemas que ella elegía contar y compartir.
Pero hay algo que sólo yo sé: ella tenía demasiados secretos; sentimientos escondidos que nadie podría llegar a imaginar. Sufría por dentro más de lo que nadie ha llegado a sufrir, y lo sufría en silencio.
Ella murió. Dejó este mundo pensando que la vida merecía la pena, pero no para ella.
Murió feliz, murió dejando en las personas que la rodeaban ese recuerdo que ella siempre fingió: el recuerdo de una chica que pasara lo que pasase siempre tenía una sonrisa en la boca.
Hasta pronto.

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