Hay personas que ven la verguenza desde un punto de vista demasiado agresivo.
Tú, en concreto, intentas que yo me sienta avergonzada por seguir viva. Sinceramente, me alegro de saberlo. Me alegra saber que tras dos años de infinitos "te quiero" e infinitos "siempre estaré aquí", y un millón de promesas hechas sin sinceridad por tu parte han quedado hechas añicos con una simple entrada en tu blog.
Está bien saber que me preferirías muerta que viva.
Quizá debería haberme dado cuenta antes de que el orgullo te consume hasta tal punto que no eres capaz de valorar ni la vida de una persona.
Sigues en tu mundo cerrado, echando a gente que de verdad daría la vida por tí, solo porque crees que así tú eres mejor que los demas, y que así nadie te hará daño a tí.
Dejame darte un consejo de tu ex-amiga que aún espera que aprendas de tus errores: piensa mucho las cosas antes de actuar, porque es muy probable que te equivoques al tomar decisiones tan drásticas en tu vida. Quizá antes de mandar a la mierda a alguien y desearle su muerte, piensa en lo que hizo por ti esa persona en el tiempo que estuviste con ella; porque probablemente sea mucho más de lo que tu crees.
Y te diré otra cosa: más avergonzada me sentiría yo de desearle la muerte a una persona.
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