martes, 20 de diciembre de 2011

¿Todo arreglado?

Eso dicen las personas a las que permití que llevaran mi "mayor problema".
¿Mi opinión?
Que nada ha cambiado, que todo va a seguir igual o peor. Todos dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar, pero yo no creo en ello. Ahora, en estos tiempos, hay demasiada gente que carece de personalidad. Gente que se deja influenciar por habladurías y por rumores que rondan por el mundo.
¿Qué me queda por hacer?
Nada, al final he llegado a la conclusión de que haga lo que haga siempre va a estar mal hecho para una o para otra persona. Así que lo único que me queda por hacer es ser yo misma y decidir a quién quiero a mi lado y quién quiero que se mantenga al margen de mi vida. Porque llega un punto en el que llegas a un límite en el que ni si quiera tu cuerpo puede aguantarlo.
Llegado a ese punto, tu vida da un giro completamente inesperado y exagerado en el que empiezas a tomar decisiones que deberías haber tomado hace tiempo, pero que nunca hiciste.
Es entonces cuando no te permites a ti misma tener tanta paciencia con ciertas personas que no merecen la pena, cuando no dudas en dejar de hablar con alguien para que deje de hacerte daño y cuando no titubeas al expresarle a los demás esos pequeños detalles que siempre se guardan y luego se echan en cara un día cualquiera.
¿Cómo saber si está arreglado?
Tiempo. Con el tiempo me daré cuenta de cómo van a funcionar las cosas desde hoy en adelante.
Lo único que tengo claro, es que yo, a partir de hoy, voy a ser la niña feliz que era hace 2 años, cueste lo que cueste.

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