Los años pasan, y la vida nos va enseñando con sus lecciones que vivir no es fácil.
La vida es un largo camino que debemos recorrer, y que cada uno recorre a su manera. Unos necesitan vivir una lección una sola vez para comprender lo que se debe hacer para que no les vuelva a ocurrir; otros, sin embargo, necesitan darse de hostias contra la misma pared hasta que el dolor deje de ser soportable.
Hay personas que llegan a nuestra vida para enseñarnos, por ejemplo, cómo sonreír con tan solo un gesto o una palabra. Otras, nos enseñan a comprender el dolor. Nos hacen daño de una manera o de otra, intencionado o no; y con ello, aprendemos.
El problema de todo esto, es que la gente nos cambia.
Uno nace, crece con la educación de su familia, aprende con el colegio... Pero a medida que pasan los años, y que va entrando y saliendo gente de nuestras vidas, nuestra personalidad va cambiando. Ese dolor que nos van provocando poco a poco, año tras año, va modificando nuestra forma de actuar con las próximas personas que vengan, desgraciadamente, sin merecerlo.
Y es que soy de esas personas que opinan que, aunque alguien del pasado te haya hecho daño, no tiene por qué hacerte lo mismo la próxima persona que entre en tu vida. Pero también soy de esas personas que tienen miedo a que les vuelva a pasar lo mismo. Digamos que en la vida existen tres posibilidades: Si no confías, puedes perder algo maravilloso. Si confías, pueden volver a hacerte daño. Pero si confías y sale bien, puedes ser la persona más afortunada del mundo.
Así que la cuestión es: ¿Vas a dejar que el pasado cambie tu futuro?
lunes, 30 de julio de 2018
lunes, 11 de junio de 2018
Mi sueño hecho realidad
¿Alguna vez habéis tenido un sueño que creíais que era casi imposible de cumplir?
Yo sí.
Era un sueño, para muchos, fácil de cumplir. Era un sueño que comencé a tenerlo hace aproximadamente 10 años. Era un sueño que intenté cumplir en muchas ocasiones durante ese tiempo. Era un sueño que ya creía casi imposible de cumplir, pero que jamás perdí la esperanza de conseguirlo.
Hoy por fin ha pasado. Jamás se me olvidará este día, 10 de Junio de 2018, insignificante para algunos, horrible para otros, y perfecto para mí.
Jamás pensé que un día como otro cualquiera, y tan improvisado, pudiera ser el día más feliz de mi vida.
Y es que hay sueños en la vida que no debemos dejar de perseguirlos. No importa el tiempo que nos lleven, no importa cuánto duela la espera ni importa cuánto debamos luchar por ello; lo que importa es que, en ocasiones, esos sueños se cumplen.
En mi caso, la espera mereció la pena. Un escritor, Gilbert Keith Chesterton escribió una vez: "Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa". Tenía toda la razón. Si de verdad deseas algo, si lo deseas con todas tus fuerzas, debes emplear todas las opciones posibles que tengas para conseguirlo. Y no importa nada más. No importa el qué dirán, no importa la distancia ni importa qué es lo que debas hacer o no debas hacer.
Y es que ahora ya no importa lo más mínimo el pasado. Ya no importa el tiempo esperado, ya no importa el dolor, ni si quiera importa el resto del mundo. Solo importa mi pequeño sueño hecho realidad, un sueño que alargaré por el resto de mi vida.
Yo sí.
Era un sueño, para muchos, fácil de cumplir. Era un sueño que comencé a tenerlo hace aproximadamente 10 años. Era un sueño que intenté cumplir en muchas ocasiones durante ese tiempo. Era un sueño que ya creía casi imposible de cumplir, pero que jamás perdí la esperanza de conseguirlo.
Hoy por fin ha pasado. Jamás se me olvidará este día, 10 de Junio de 2018, insignificante para algunos, horrible para otros, y perfecto para mí.
Jamás pensé que un día como otro cualquiera, y tan improvisado, pudiera ser el día más feliz de mi vida.
Y es que hay sueños en la vida que no debemos dejar de perseguirlos. No importa el tiempo que nos lleven, no importa cuánto duela la espera ni importa cuánto debamos luchar por ello; lo que importa es que, en ocasiones, esos sueños se cumplen.
En mi caso, la espera mereció la pena. Un escritor, Gilbert Keith Chesterton escribió una vez: "Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa". Tenía toda la razón. Si de verdad deseas algo, si lo deseas con todas tus fuerzas, debes emplear todas las opciones posibles que tengas para conseguirlo. Y no importa nada más. No importa el qué dirán, no importa la distancia ni importa qué es lo que debas hacer o no debas hacer.
Y es que ahora ya no importa lo más mínimo el pasado. Ya no importa el tiempo esperado, ya no importa el dolor, ni si quiera importa el resto del mundo. Solo importa mi pequeño sueño hecho realidad, un sueño que alargaré por el resto de mi vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)