Hola, ¿es éste el teléfono del cielo?
Quería hablar con mi abuelo.
Sólo llamaba para que le dijerais que echamos de menos tenerle todos los días en casa, que desde que se fue hay rincones vacíos.
Ah, también que no le demostré todo lo que quería, pero querer en silencio es lo mío; y ahora que no está, me entran ganas de gritarlo a voces para ver si desde el cielo me escucha.
Creo que lo hace, porque a veces, cuando lloro, el cielo se pone negro y comienza a llover.
No pasa un día que no eche de menos su presencia o su manera de hacerme rabiar.
Te quiero, nos vemos ahí arriba.
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